El final de la experiencia
Se van sucediendo los últimos días de la experiencia con pocas ganas de volver. A pesar del cansancio, sigue habiendo ánimo para continuar, conocer lugares nuevos, reencontrarnos con los compañeros para estrechar aún más ese vínculo que une distintas culturas. Callejeamos por Lisboa guiados por compañeras portuguesas. Subimos hasta impresionantes miradores desde los que observar la bella ciudad, comemos en un mercado en el que nuestro alumnado compra de forma autónoma su comida y todos seguimos deleitándonos con la gastronomía portuguesa. El viaje continúa a través de autobuses, trenes y metros. Algunas vivencias que nos hacen perder trenes, pero que posibilitan infinitas risas. La complicidad con el alumnado crece y ya compartimos de forma más íntima las bromas, la ilusión, las dudas y algunas confidencias. Rematamos nuestras visitas conociendo el Palácio de Queluz, un increíble edificio acompañado por jardines infinitos. También nos acercamos al mundo marino en el Oceanár...