martes, 15 de noviembre de 2022

El final de la experiencia

 

Se van sucediendo los últimos días de la experiencia con pocas ganas de volver. A pesar del cansancio, sigue habiendo ánimo para continuar, conocer lugares nuevos, reencontrarnos con los compañeros para estrechar aún más ese vínculo que une distintas culturas. 

Callejeamos por Lisboa guiados por compañeras portuguesas. Subimos hasta impresionantes miradores desde los que observar la bella ciudad, comemos en un mercado en el que nuestro alumnado compra de forma autónoma su comida y todos seguimos deleitándonos con la gastronomía portuguesa.

El viaje continúa a través de autobuses, trenes y metros. Algunas vivencias que nos hacen perder trenes, pero que posibilitan infinitas risas. La complicidad con el alumnado crece y ya compartimos de forma más íntima las bromas, la ilusión, las dudas y algunas confidencias.
Rematamos nuestras visitas conociendo el Palácio de Queluz, un increíble edificio acompañado por jardines infinitos. También nos acercamos al mundo marino en el Oceanário de Lisboa, donde todos alucinamos con el dragón marino o las curiosidades del tiburón toro. Un placer ver la ilusión del alumnado viendo pingüinos y frailecillos, buscando pequeñas ranas o esperando para ver el juego de las nutrias.
El viaje va llegando a su fin, pero las risas no cesan. Parece que la energía vuelve a resurgir y el grupo, cenando y estrujando los últimos momentos antes de partir, baila y se ríe como si todo estuviera comenzando.

Nuestro inglés se ve reforzado, los lazos que nos unen también. Y ya estamos proponiendo y comentando ilusionados cómo en Sevilla recibiremos a los compañeros turcos y portugueses.

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